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“Ya no me escuchan como antes…”

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Cuando la comunicación entre padres mayores e hijos adultos se vuelve difícil

En muchas familias, la relación entre padres e hijos atraviesa una transformación profunda con el paso de los años. Cuando los hijos ya son adultos, con su propio trabajo, pareja o hijos, los roles cambian, y con ellos, también cambia la forma de comunicarse.

Lo que antes era simple y fluido, ahora puede volverse tenso o distante. Lo que antes se decía con naturalidad, ahora parece generar incomodidad. Y lo que los padres sienten, muchas veces, no se anima a decirse.


¿Qué suele pasar en esta etapa?


  • Los padres sienten que ya no tienen voz en las decisiones familiares

  • Se repiten discusiones por temas cotidianos (dinero, crianza de nietos, salud)

  • Evitan hablar de ciertos temas para no generar conflictos

  • Se instala el silencio, aunque haya amor de fondo

  • Se sienten desautorizados o poco valorados

  • Aparecen heridas viejas que nunca se terminaron de resolver

Todo esto genera frustración, dolor, enojo o resignación. Y muchas veces se guarda en silencio, con frases como:

“Yo mejor no me meto…” “Total, ya no me hacen caso…” “No quiero molestar…”

Pero el vínculo entre padres e hijos adultos no se termina. Solo necesita ser reconstruido desde otro lugar. Y ahí es donde la orientación familiar puede abrir caminos nuevos.


¿Qué propone la orientación familiar?


La orientación familiar ofrece un espacio neutral, cuidado y respetuoso para:

  • Ayudar a los padres a expresar lo que sienten sin herir

  • Invitar a los hijos a escuchar desde otro lugar

  • Trabajar el duelo por el cambio de rol (de autoridad a acompañantes)

  • Sanar heridas del pasado que aún afectan el presente

  • Recuperar un vínculo saludable, con nuevos acuerdos y más cercanía

No se trata de volver al vínculo de antes. Se trata de construir uno nuevo, donde todos puedan sentirse vistos, escuchados y valorados.


Recomendaciones para mejorar la comunicación con hijos adultos


  • Hablar desde la experiencia, no desde el reclamo 

  • Pedir con humildad, no exigir con autoridad 

  • Escuchar aunque no se esté de acuerdo 

  • Respetar los límites sin dejar de estar presentes 

  • Buscar acompañamiento cuando el diálogo se traba o duele


El amor no desaparece, pero necesita nuevos lenguajes


Cuando un hijo crece, no deja de ser hijo. Solo necesita otro tipo de vínculo. Y los padres tampoco dejan de ser importantes. Solo necesitan encontrar una nueva forma de estar, con respeto mutuo y con el amor de siempre.

Desde la orientación familiar, acompañamos ese proceso con herramientas, escucha y cuidado. Para que el vínculo entre generaciones no se enfríe ni se corte, sino que pueda transformarse, crecer y sanar.



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Hay palabras que no siempre se dicen en familia, pero que pueden empezar a decirse acá. 💬 Porque siempre hay tiempo para volver a acercarse.


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