“Ya no me escuchan como antes…”
- Lic. Karina Palomo Pesci

- 4 may
- 2 Min. de lectura

Cuando la comunicación entre padres mayores e hijos adultos se vuelve difícil
En muchas familias, la relación entre padres e hijos atraviesa una transformación profunda con el paso de los años. Cuando los hijos ya son adultos, con su propio trabajo, pareja o hijos, los roles cambian, y con ellos, también cambia la forma de comunicarse.
Lo que antes era simple y fluido, ahora puede volverse tenso o distante. Lo que antes se decía con naturalidad, ahora parece generar incomodidad. Y lo que los padres sienten, muchas veces, no se anima a decirse.
¿Qué suele pasar en esta etapa?
Los padres sienten que ya no tienen voz en las decisiones familiares
Se repiten discusiones por temas cotidianos (dinero, crianza de nietos, salud)
Evitan hablar de ciertos temas para no generar conflictos
Se instala el silencio, aunque haya amor de fondo
Se sienten desautorizados o poco valorados
Aparecen heridas viejas que nunca se terminaron de resolver
Todo esto genera frustración, dolor, enojo o resignación. Y muchas veces se guarda en silencio, con frases como:
“Yo mejor no me meto…” “Total, ya no me hacen caso…” “No quiero molestar…”
Pero el vínculo entre padres e hijos adultos no se termina. Solo necesita ser reconstruido desde otro lugar. Y ahí es donde la orientación familiar puede abrir caminos nuevos.
¿Qué propone la orientación familiar?
La orientación familiar ofrece un espacio neutral, cuidado y respetuoso para:
Ayudar a los padres a expresar lo que sienten sin herir
Invitar a los hijos a escuchar desde otro lugar
Trabajar el duelo por el cambio de rol (de autoridad a acompañantes)
Sanar heridas del pasado que aún afectan el presente
Recuperar un vínculo saludable, con nuevos acuerdos y más cercanía
No se trata de volver al vínculo de antes. Se trata de construir uno nuevo, donde todos puedan sentirse vistos, escuchados y valorados.
Recomendaciones para mejorar la comunicación con hijos adultos
Hablar desde la experiencia, no desde el reclamo
Pedir con humildad, no exigir con autoridad
Escuchar aunque no se esté de acuerdo
Respetar los límites sin dejar de estar presentes
Buscar acompañamiento cuando el diálogo se traba o duele
El amor no desaparece, pero necesita nuevos lenguajes
Cuando un hijo crece, no deja de ser hijo. Solo necesita otro tipo de vínculo. Y los padres tampoco dejan de ser importantes. Solo necesitan encontrar una nueva forma de estar, con respeto mutuo y con el amor de siempre.
Desde la orientación familiar, acompañamos ese proceso con herramientas, escucha y cuidado. Para que el vínculo entre generaciones no se enfríe ni se corte, sino que pueda transformarse, crecer y sanar.
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Hay palabras que no siempre se dicen en familia, pero que pueden empezar a decirse acá. 💬 Porque siempre hay tiempo para volver a acercarse.



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